El concepto de agilidad aplicado a la empresa tiene su origen en las empresas dedicadas al desarrollo de software. A través de este post repasamos qué es la agilidad, así como su aplicación práctica a la empresa y a sectores productivos que van más allá del sector tecnológico.

Cuestiones como el origen, la relación del concepto Agile con las personas y las tres dimensiones que rodean la agilidad son básicas para entender el proceso, así como los objetivos ágiles.

 

Significado de la Agilidad empresarial

Es importante tener claro el marco lingüístico en el que se maneja el concepto de agilidad. Si repasamos el campo semántico que acompaña a la palabra ágil encontramos conceptos como ligereza, dinamismo, cambio o fluidez. Todas estas palabras hacen referencia a una cualidad muy ligada a la agilidad: la adaptación, algo fundamental cuando nos planteamos qué es la agilidad.

Adaptarse es sin duda la clave cuando hablamos de qué es la agilidad, ser capaz de trabajar en función de situaciones cambiantes, por eso es muy importante exponer que el concepto Agile no es una metodología tradicional, dado que las metodologías se basan en estructuras de trabajo más o menos rígidas, sino que es más bien una idea transversal, presente en todos los aspectos de un negocio, cuyo fin es conseguir la continua adaptación de la empresa a las circunstancias que le rodean.

 

Origen de la empresa ágil y su relación con la Transformación Digital

La agilidad empresarial nace con las empresas de software a principios de este siglo. Estas marcas se mueven en un mercado que se transforma minuto a minuto, por lo tanto deben ser capaces de adaptarse una y otra vez. Las tres ideas básicas que se establecen para que el proceso de adaptación sea continuo y eficaz son:

  1. Rápida respuesta ante el cambio
  2. Aporte de valor añadido continuo
  3. Trabajo en equipo

Basándonos en estos tres principios no solo podemos adaptarnos, si mantenemos una actitud proactiva debemos ser capaces de provocar estos cambios, introduciendo servicios pioneros a partir de procesos basados en la agilidad.

Por otro lado la práctica del Lean Manufacturing desarrollada por la japonesa Toyota también incide de manera decisiva en la visión Agile de la empresa. Sus cuatro principios son los siguientes:

  1. Tareas necesarias en el momento en el que se requieren
  2. Eliminación de desperdicios
  3. Facilitar el flujo en todas las áreas de la empresa
  4. Detener y analizar el proceso si se detectan errores

En ambos casos el objetivo es evidente, se trata de desarrollar procesos capaces de adaptarse a todo aquello que pueda afectar a la propia empresa incluyendo clientes, competencia, proveedores, cambios en el sector, etc.

Qué es la Agilidad respecto a las personas

No debemos olvidar que una marca se compone de personas, además su misión está orientada a la satisfacción de un grupo de clientes, por eso la agilidad debe tener presente en todo momento al público interno y externo.

Las personas a las que se refiere la actividad de una empresa se integran en torno a los siguientes grupos:

  • Clientes: Es el público externo que compone el público potencial. En la actualidad la satisfacción orientada a los clientes debe componerse de un buen producto o servicio y una atención personalizada y útil.
  • Equipos: Se trata de las personas ligadas a la empresa. El trabajo interno en equipo es fundamental para desarrollar procesos de manera ágil. Esta idea está presente desde el origen de la empresa Agile.

En relación con la comunicación corporativa, lenguaje y feedback nos ayudan a establecer relaciones hacia el exterior de la empresa, pero también entre sus equipos internos.

  • Lenguaje: La importancia del lenguaje y la comunicación como vehículo en la relación empresa-cliente.
  • Feedback: Como decíamos, la atención al cliente se ha convertido en un servicio fundamental. El feedback ha dejado de ser unidireccional para convertirse en un diálogo activo.

El marketing ha basado su trabajo en la creación de necesidades, el cambio de modelo se basa en comprender las necesidades reales del cliente para adaptar nuestra oferta de una manera cada vez más personal.

Las tres dimensiones de la Agilidad

La agilidad se centra en personas, para conseguir que este marco teórico tenga un impacto práctico contamos con tres dimensiones en las que podemos trabajar: la cultura, el proceso y la estructura.

  1. Cultura: La cultura empresarial tiene mucho que ver con la identidad corporativa, es decir, todos los valores que la marca maneja para construir su imagen, y que por supuesto deben compartir todas las personas que integran la empresa.
  2. Proceso: Debemos ser capaces de elaborar técnicas eficaces, basadas en ciclos cortos que además solucionen problemas de manera eficaz. Los procesos no deben incorporar tareas que impidan una rápida transformación en caso de ser necesario.
  3. Estructura: Si los procesos son rápidos la toma de decisiones también debe serlo. Los departamentos y el organigrama no debe ser en ningún caso un motivo de retraso a la hora de decidir.

Cuando nos planteamos qué es la agilidad y cómo implantarla en nuestra empresa no debemos olvidar estos tres planos.

La Agilidad en cualquier sector empresarial

Los fundamentos ágiles pueden aplicarse a cualquier tipo de negocio. El concepto de “sociedad líquida” que se contrapone a lo sólido es una de las ideas básicas del pensamiento actual. La agilidad corporativa se basa precisamente en la capacidad de una empresa de cambiar continuamente en base a las nuevas reglas, pero también debido a su propia capacidad de proponer nuevos escenarios.

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