La metodología ágil forma parte de un proceso global, que se puede dividir en aplicaciones más concretas. Los tipos de metodología ágil se refieren a las diferentes formas que existen de aplicar los conceptos de agilidad. Existen varios métodos ágiles. Cada uno cuenta con unas características propias, sin embargo todos tienen una serie de fundamentos que parten de la misma cultura ágil.

En este post queremos repasar las bases de diferentes tipos de metodología ágil, además de repasar brevemente algunas prácticas referidas a la agilidad.

 

Los tipos de metodología ágil más comunes

Al igual que la propia cultura ágil, los métodos de aplicación se renuevan continuamente, con el propósito de buscar nuevas técnicas y perfilar las ya existentes. Lo que queremos conseguir es aportar una descripción con la que diferenciar cada técnica, exponiendo las características de los métodos principales. Hay que tener en cuenta que en realidad, existen más tipos de metodología ágil que se pueden aplicar con total eficacia en el terreno empresarial.

  • Scrum: Se basa en un desarrollo del producto incremental, a diferencia de otros métodos tradicionales donde prima la planificación completa, para su posterior ejecución. El trabajo se desarrolla a base de grupos auto-organizados. Las fases de desarrollo conviven y se revisan constantemente, en lugar de basarse en un ciclo secuencial.
  • Design Thinking: Se trata de un método basado en el diseño como herramienta para aportar soluciones al desarrollo de producto. Definir al público, comprender sus motivaciones y generar empatía son las bases de esta metodología. Se requiere un proceso creativo, a partir del cual se generan todo tipo de ideas previas, que son testadas por consumidores tipo.
  • Lean Start-Up: Es un proceso ideado para el lanzamiento de productos, basado en la iteración, o repetición de procesos, para obtener un aprendizaje validado. Lo que se consigue es acortar procesos, adquirir un gran conocimiento del mercado en el que deseamos participar y reducir los costes iniciales asociados al comienzo de un negocio.
  • DevOps: Acrónimo de “Desarrollo y Operaciones” (Development y Operations, en inglés). Sus principios son la colaboración, comunicación e integración, principalmente en contextos de Desarrollo de Software, aunque también puede extrapolarse a otros modelos de negocio. Lo que se consigue es generar un entorno en el que el lanzamiento de ideas es permanente.
  • Kanban: Es un proceso tan sencillo como eficaz. De lo que se trata es de medir tiempos y cantidades en procesos de fabricación, para optimizar cada una de las actividades que se llevan a cabo.

En realidad, estos cinco métodos son solo una muestra de la cultura ágil. Existen muchos más ejemplos de metodología ágil, que se pueden adaptar a situaciones concretas de fabricación, de comienzo de proyectos o de optimización de recursos, entre otras. Cuando nos planteamos la agilidad como parte de nuestro trabajo, debemos comprender sus principios, y contar con la ayuda de profesionales capaces de analizar nuestra situación, identificar objetivos y poner en marcha proyectos adaptados a nuestras necesidades.

 

Prácticas ágiles para optimizar procesos

Cuando hablamos de prácticas ágiles, debemos tener en cuenta que las siguientes son acciones aisladas, que pueden tener un cierto impacto en nuestros procesos, pero que sin embargo requieren de una estructura más amplia, capaz de generar una cultura ágil que esté presente en cada una de nuestras acciones. En cualquier caso, vamos a repasar algunas técnicas muy prácticas, que nos servirán para comenzar a familiarizarnos con la metodología ágil.

  • Reuniones diarias: Es importante que sean breves y concisas. Un truco para conseguirlo es que este tipo de meeting se haga de pie, para repasar el trabajo hecho y el que vamos a afrontar inmediatamente.
  • Iteraciones: Son procesos muy cortos focalizados en los deseos del cliente.
  • Priorización del backlog: Se trata de ordenar la actividad por valor aportado al cliente.
  • Retrospectivas: Algunas de las metodologías ágiles se basan en la revisión periódica de cómo se han realizado las tareas. Hacer retrospectivas y evaluaciones permanentes facilita la mejora continua.

Es importante que esta serie de prácticas formen parte de una estrategia ágil global. En Solving Ad Hoc somos expertos en metodología ágil e implementación de procesos. Nuestros cursos “Ponte al día y ten tu propio criterio en agilidad” y “Orienta tu visión de la agilidad” te permitirán conocer la esencia de la Agilidad para poder aplicarla en el día a día de tu actividad, además de aportarte una visión completa de lo que supone la cultura ágil.

 

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