Los sprints en Scrum son uno de los conceptos básicos. Si somos capaces de organizar una secuencia de sprints correcta y hacer que se cumpla, gran parte de la puesta en marcha de Scrum estará solucionada.
Uno de los principales problemas que nos encontramos en el desarrollo de los sprints en Scrum es su duración, y es que los equipos no siempre se adaptan al tiempo programado. Esta semana revisamos el concepto de duración en relación con los sprints y la conveniencia o no de cambiar los tiempos establecidos.
Planificando los sprints en Scrum para establecer los tiempos
La clave para adaptar los tiempos a las tareas será la planificación. Para poder ajustar los plazos al trabajo es imprescindible conocer la tarea de cada equipo, establecer la secuencia y tener muy claros los objetivos.
Un proyecto Scrum no se puede temporalizar más o menos. Los plazos dados deben ser claros. Así, cada parte del proyecto puede tener presente en todo momento la línea de tiempo de su tarea actual.
Los sprints en Scrum, cómo deberían ser
La guía Scrum establece tres criterios muy claros respecto a los sprints. Son los siguientes:
- La duración será fija, es decir, no se podrá dilatar en el tiempo
- La duración de una iteración nunca será mayor de un mes
- Es conveniente que la duración de los sprints sea consistente, es decir, que diferentes sprints tengan una duración similar.
¿Deben por lo tanto durar todos los sprints el mismo tiempo? no, se recomienda que tengan tiempos similares, pero no tienen por qué durar lo mismo.
¿Podemos aumentar los tiempos de un sprint en caso de ser necesario? no, o al menos, no deberíamos.
Trabajar con Scrum se basa en implementar el proceso completo, incluyendo cualquier detalle organizacional, si nos saltamos alguna de estas tres normas nuestro método de trabajo comenzará a perder eficacia. Aumentar los sprints puede ser útil en un momento dado, pero como veremos a continuación, a largo plazo se convertirá en un lastre.
Las consecuencias de dilatar sprints en Scrum
Todos los métodos ágiles se ven influidos a largo plazo por pequeños fallos que, en un principio, no deberían tener importancia.
En el caso de no respetar los tiempos dados en cada sprint se suelen dar dos consecuencias muy negativas:
- Se pierde la cadencia. Los sprints llevan un ritmo planificado desde el principio del proyecto. Si no respetamos la duración de cada sprint, este ritmo se pierde, y por lo tanto estaremos aislando cada parte del trabajo, en lugar de ver el proyecto como un trabajo común.
- Los equipos no se ajustan a los tiempos dados. Si cambiamos constantemente la duración de los sprints, el ritmo de cada equipo será menor, ya que no será necesario que completen los puntos de historia a tiempo. Trabajarán con la posibilidad de aumentar el sprint siempre que sea necesario.
Son estos detalles los que hacen que tanto Scrum como cualquier metodología Agile esté correctamente implementada y consiga los objetivos establecidos.
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*Imagen: Pixabay
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