Como muchos otros conceptos que integran la Agilidad, la integración continua surge del modelo informático. Con el tiempo, las bases de la integración continua se han ido aplicando con éxito a otros negocios, demostrando que las evaluaciones a corto plazo tienen muchas ventajas, ya que fomentan la detección de errores de forma casi instantánea.
El origen de la integración continua viene del británico Martin Fowler, un ingeniero de software que planteó la posibilidad de establecer mecanismos de evaluación continuos a lo largo del proceso de desarrollo informático.
La integración continua es en realidad un modelo informático, capaz de funcionar en otros sectores productivos. Se basa en la realización de integraciones automáticas, que analizan un trabajo cada poco tiempo, con el fin de detectar posibles errores de desarrollo.
La relación evidente que tiene la integración continua con la Agilidad es que continuamente se analiza el trabajo realizado, permitiendo identificar fallos en la fase de desarrollo del proyecto. La Agilidad como metodología dinámica, está basada también en el cambio y la adaptación continua por medio de revisiones permanentes en sus procesos.
Herramientas de integración continua para empresas
Como decimos, la integración continua nace en el sector informático. Por eso existen todo tipo de herramientas que analizan software en desarrollo de forma continua. Este tipo de programas analizan el trabajo de un equipo de forma automática detectando fallos, aportando alternativas y generando informes.
Sin embargo, no todas las empresas pueden medir sus procesos por medio de programas automatizados. Por ello es importante establecer mecanismos adaptados, que no tienen por qué ser digitales.
Todas las empresas tienen, o deberían tener, controles de evaluación final de sus productos y servicios. Con este tipo de herramienta se consigue calificar el trabajo final y aportar información de cara a futuros proyectos. La diferencia con la integración continua es que estos mecanismos no deben quedar relegados a la última fase, sino que deben estar presentes desde el principio y actuar a ser posible de manera diaria.
Ventajas de la integración continua aplicada
- La mayor ventaja es evitar el caos de última hora. Un fallo en un sistema acabado no evaluado supone analizar todas las piezas que lo forman. Testándolo periódicamente conseguimos señalar fallos en el momento de cometerlos, asegurando el resultado final.
- Disponemos en todo momento de una visión clara de la fase en la que nos encontramos, ya que revisamos cada tarea realizada.
- Posibilidad de testar tanto piezas aisladas, como la integración de varios componentes.
- Disponemos de métricas y datos relativos al proyecto desde el momento en el que comenzamos a evaluar.
Estas ventajas se pueden resumir en un mayor control de la información y la anulación de errores en las fases finales del proyecto.
La integración continua nos permite realizar un análisis continuo y una detección precoz de los errores de un proyecto, mediante un punto de vista Ágil. Implementar este tipo de proceso es muy recomendable en todo tipo de modelos de negocio. En Solving Ad Hoc te ayudamos a conseguirlo.
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