El manifiesto ágil, firmado en el año 2.001, nos aporta las bases de la cultura ágil, sus principios y cómo debe ser su aplicación práctica. A lo largo de las últimas dos décadas, su aplicación en el mundo empresarial ha demostrado los beneficios de la metodología ágil, sin embargo, para obtener un rendimiento adaptado a los principios de agilidad, debemos tener en cuenta una serie de valores, comportamientos y actitudes, que generen la vía que nos conduzca al éxito.
Los valores de la cultura ágil según el Agile Manifesto
En relación con el Agile Manifesto, para formar equipos ágiles de alto rendimiento debemos tener en cuenta cuatro valores fundamentales. Las distintas metodologías ágiles se centran en fomentar estos cuatro valores, aunque con enfoques ligeramente diferentes.
- Individuos e interacciones. La transmisión de información debe hacerse cara a cara para favorecer su eficacia. Los grupos y sus partes están auto-organizados y entre ellos mantienen una interacción y dependencia continuas.
- Entregar software que funciona. Es conveniente recordar que el origen de la cultura ágil viene de las empresas desarrolladoras de software, sin embargo este valor se puede aplicar a cualquier actividad económica. Es necesario ofrecer productos y servicios que funcionan, y que además están adaptados a las necesidades del cliente.
- El cliente debe colaborar. Este es, sin duda, uno de los mayores factores diferenciales de la metodología ágil. El equipo de trabajo debe tener en cuenta al cliente en todo momento. El proyecto siempre puede modificarse, incluso en sus últimas etapas, en función de las necesidades del cliente. Solo de esta manera conseguimos un producto realmente adaptado.
- Respuesta ante el cambio. Este valor debemos tomarlo en su sentido más amplio. Para implementar un proceso ágil es necesario estar preparado ante cualquier cambio, saber evolucionar y ser consciente de que nuestra adaptación resultará decisiva para el resultado del proceso.
Estos son los cuatro valores principales de la cultura ágil. Interiorizarlos y llevarlos a cabo de una manera natural es uno de los principios básicos de esta metodología, sin embargo, hay algo más …
Comportamientos y actitudes que acompañan a la metodología ágil
Los comportamientos en agilidad se basan el las capacidades propias de cada individuo, así como las relaciones que se establecen entre las partes. Una comunicación eficaz, basada en comportamientos adecuados, será la base para un proceso exitoso. Los siguientes son cinco comportamientos que contempla la agilidad como metodología.
- Respeto por el valor de cada miembro. Es la base de la confianza y la motivación. Cada persona debe respetar al grupo, como conjunto y como suma de individualidades.
- La comunicación debe ser veraz. De lo que hablamos en este caso es de credibilidad. Las personas deben dar por supuesto que la información que reciben es correcta, y va a ser de utilidad para su actividad.
- Transparencia. Todas las decisiones, acciones y procesos de comunicación que afecten a la actividad de un equipo deben ser visibles en su entorno.
- Colaboración. En este caso, cualquier persona que forme parte del equipo debe actuar de manera alineada en beneficio del grupo para conseguir el propósito común.
- Compromiso con los objetivos. La agilidad se basa en la adaptación al cambio, sin embargo los objetivos deben marcar nuestras acciones y decisiones en los periodos de tiempo comprometidos.
Resultado de la aplicación de los fundamentos de Agilidad
Hablar de los resultados de la implantación de una metodología ágil es complicado. Lo propio es percibir las consecuencias en situaciones prácticas, sin embargo podemos hacer un balance resumido de los que provoca este proceso:
- El fomento de interacciones directas, veraces y correctas, permite que la confianza del grupo se vea reforzada continuamente.
- El respeto por el grupo y sus integrantes permite un alto nivel de motivación en todo momento.
- Implicar al cliente en el proceso hace que el resultado final sea el que el cliente espera, algo fundamental cuando se produce un compromiso empresarial.
- Por último, la respuesta ante el cambio fomenta acciones creativas, que se convierten en soluciones inmediatas.
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